domingo, 6 de enero de 2008

EL CANON DIGITAL

Después de dudarlo mucho, he decidido que mejor que un artículo de opinión es uno sobre el derecho de autor. Y luego que cada uno piense lo que le dé la gana, que ya somos todos mayorcitos.

Aunque no podemos tratar el tema con la amplitud necesaria, diremos aquí que la denominada "propiedad intelectual" es un conjunto de derechos, morales y patrimoniales, que la ley reconoce al autor sobre la obra, producto de su inteligencia. Aunque también existen importantes tratados internacionales y directivas europeas sobre la materia, en nuestro país se regula actualmente por el Decreto Legislativo 1/1996, de 12 de abril.

El derecho del autor nace al mismo tiempo que éste realiza la obra artística, con independencia de que este la inscriba o no en registro alguno. Además del respeto a su condición de autor, le corresponde el derecho a decidir la divulgación, y en qué modo, de su obra.

Puede pues optar por la difusión remunerada de su obra, bien directamente, bien cediendo a un tercero este derecho, a través de un contrato de edición.

Aún en los casos en los que el autor cede los derechos de explotación, lo hace pactando ciertas condiciones: medio de difusión, número de ejemplares, tiempo, idioma, país de destino,... de manera que lo no incluido en la cesión siguen en su patrimonio, y puede ser objeto de una cesión o explotación independiente.


Sea como sea, y esto es importante, nadie puede acceder a la obra de ingenio sin un pago previo al autor/editor, esto es, al titular del derecho de explotación.

Si embargo, la ley, en el art. 25 establece una excepción a este principio general: la posibilidad de realizar una "copia privada". No confundir con la copia ilegal.

Expresado en estos términos, resulta evidente que la copia privada es una expropiación del derecho del autor/editor. Se le priva de un derecho patrimonial y eso, según el artículo 33 de la CE, no puede hacerse sin la debida compensación económica.

Es aquí donde encaja "compensación equitativa por copia privada" a que se refiere el artículo 25 de la LPI. No cabe hablar, en buena técnica, de canon, al tratarse de un pago único y al no ser el deudor la persona que realiza dicha copia privada.

Sí, han leído bien.

Acudamos al artículo 25.4 LPI:
"En relación con la obligación legal a que se refiere el apartado 1, serán:
  1. Deudores: Los fabricantes en España, en tanto actúen como distribuidores comerciales, así como los adquirentes fuera del territorio español, para su distribución comercial o utilización dentro de éste, de equipos, aparatos y soportes materiales previstos en el apartado 2.

    Los distribuidores, mayoristas y minoristas, sucesivos adquirentes de los mencionados equipos, aparatos y soportes materiales, responderán del pago de la compensación solidariamente con los deudores que se los hubieran suministrado, salvo que acrediten haber satisfecho efectivamente a éstos la compensación y sin perjuicio de lo que se dispone en los apartados 14, 15 y 20.2"


Como ven, el consumidor no aparece por ninguna parte. Es pues un coste de producción que se une a los demás que tienen tanto productores como importadores. No tiene por qué afectar al consumidor ni más ni menos que otros costes, como puedan ser mano de obra o materiales. Y desde luego no tiene por qué ser repercutido íntegramente. Podría absorberse en parte como un recorte de beneficios.

Lo cierto es que, aunque últimamente se habla de él como de una novedad, el "canon" ha existido desde principio de los años 90, grabando cintas de vídeo y audio, equipos de imagen y sonido, fotocopiadoras.... En un principio no afectaba equipos informáticos, pero era porque no se puede efectuar "copia privada" de programas informáticos. En cuanto tales soportes se pudieron emplear para el almacenamiento de obras artísticas, hubo de pagarse la compensación.

nadie puede negar que el sistema es discutible. No deja de ser una compensación salomónica, que no deja contento a nadie. El ideal sería un sistema que nos permitiera saber qué soporte va a ser utilizado para hacer una "copia privada", quién es la persona que la realiza, quién es el autor cuya obra va a ser copiada y actuando en consecuencia, que sea aquél el que le pague a éste.

Pero estaremos de acuerdo todos que de momento eso no es más que una utopía. En nuestro país se infringen continuamente los derechos de propiedad intelectual, se realizan multitud de copias, no todas legales. Y ciertamente, aunque imperfecto, ésto es lo mejor que tenemos.

¿Qué pueden discutirse las cuantías y el sistema de reparto? Por favor, faltaría más.

Por cierto, yo no doy permiso para reproducir mis artículos y en Internet no hay "copia privada".

Listillos.

2 comentarios:

McLera dijo...

Me interesa este tema .....

Yo por mi parte no discuto la existencia del canon, como compensación al artista ... pero estoy en contra de la forma de gestión actual. LA SGAE y similares no deberian existir.


por otro lado, una consultilla, que pagare gustosamente en la barra de un bar la próxima vez que nos encontremos, .... las que habitando en un país extranjero hicieran copia privada de productos cuya propiedad intelectual esta registrada en España, y no teniendo fronteras esto de internes....

Estan sujetas a las leyes de que país?

Por ultimo, explica mejor eso de que internet no tiene copia privada .... please

Un beso

LukeSky dijo...

Me ha parecido muy interesante, ya que nos ofrece un matiz que quiza anteriormente no teniamos, al menos yo, como es el ignorar al existencia de la otra parte obligatoria, el que consume obras intelectuales. Desde luego todo lo que comento lo hago desde la ignorancia del no ducho en temas legales. Vayamos por partes.

Ciertamente el sistema actual nos parece muy discutible, ya que en opinión de muchos criminaliza a todo el mundo sin distinción de la finalidad del soporte eliminando la presuncion de inocencia. Presumimos que todos los soportes se van a usar para violar los derechos de autor, cuando no debiera ser así. Una fotocopiadora no tiene porque usarse para fotocopiar libros, y un ordenador sirve para infinitas cosas mas que copiar discos de música. Quizá este sea el punto que más polémica ha causado siempre y que sin duda más molesta. Todos somos culpables y lo pagamos. Y aunque demostremos que somos inocentes, y aunque el sistema del "canon" permite la devolución del importe del mismo, esto raras veces ocurre, asi que te toca pasar por caja, sí o sí.

Eso nos lleva a otro punto en el que se basa la gente para copiar obras. Muy bien, si voy a pagar por algo que en teoria no se deberia hacer y por el cual voy a pagar quiera o no, pues lo voy a hacer y no poco, sino mucho mas. Y es a lo que se agarra la gente como justificación.

Ahora bien. En muchos productos no tenemos porque pagar canon si no queremos y de una forma legal. Por ejemplo, los soportes ópticos en algunos paises no gravan canon y como estamos en una union economica podemos comprar en otro pais sin tener que pasar por caja.

El fondo en mi opinion está en, cómo no, en el precio de las cosas. Un disco de musica puede costar en novedad desde unos 10 a 18 euros, libros tecnicos suben bastante más, peliculas, etc. Siempre podriamos decir, muy bien, si no quiero pagar por algo, pues no lo compro. Si no lo puedo comprar y si piratear, canon compensatorio.

Otra forma que realmente molesta a la gente en general es la forma en que el canon se recauda. Para qué mentar que "cosas" como SGAE a la mayoria de la gente le provoca repulsa cuando no algo peor. Oir como recaudan en bodas, autobuses de niños y cosas parecidas, aun siendo "estrictamente" legal roza lo absurdo. Si todos fueramos estrictamente legales no pasariamos de 70 por hora en la ronda sur de leon y como eso, mil cosas mas.

Propongo desde aqui un canon para los cuchillos, los cuales sirven para cortar la carne o para apuñalar a ese vecino que nos toca la moral, o un canon a las tabacaleras que tanto gasto causan a las arcas de la seguridad social (algo lei alguna vez sobre esto).

Las implicaciones parecen bastante más complejas de lo que realmente son y de lo que no hay duda es que este sistema no gusta a nadie (salvo a la SGAE, que jamas ha recaudado tanto como ahora).

 
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