miércoles, 19 de septiembre de 2007

¿Quién critica al criticón?

A la polémica medida de la ayuda por hijo, el gobierno ha añadido otra ayuda directa, esta vez para, se dice, facilitar el acceso de los jóvenes a la vivienda de alquiler. De nuevo, la iniciativa ha sido recibida con una extrañamente unánime repulsa por parte no sólo de los partidos, también de los medios y de los criticones ( en adelante, léase "tertulianos").

No voy a discutir si estas medidas van a ser o no efectivas. Carezco del poder de adivinación del que parecen dotados algunos. Así que me mostraré sanamente escéptico. Así, si fracasan podré presumir de que ya lo dije yo, y si por un casual salen bien nadie podrá acusarme de haberlas condenado.

¿Entienden?

Tampoco creo que merezca la pena perder tiempo discutiendo si son medidas electorales, electoralistas, honradas o interesadas. Si esto es mejor o peor que inaugurar las obras siete veces, llevar atrezo a los hospitales para que parezca que están funcionado, que ocultar las tendencias sexuales para que no se espante el electorado... Cada uno tiene su opinión al respecto y la verdad es que lo que importan no son las intenciones, sino el resultado.

Lo que me ha asombrado es la violencia de las críticas.

Hace más de tres décadas que eché a andar y no es la primera vez que veo a éste u otro gobierno toma una medida que parece pensada para salir en los periódicos, que va a costar mucho dinero, y que finalmente se demuestra totalmente inútil. Ninguna de estas paridas son generalmente ni mencionadas. A veces son incluso aplaudidas. ¿Cuál es ahora la diferencia?

Humm...

Hay que reconocer que, como siempre pasa en la política, buena parte de las críticas son interesadas y/o/u estúpidas. Esta misma mañana, alguien llamó a una emisora de radio para quejarse de que el límite de 22.000 Euros era exclusivamente bajo. ¿Quién gana 22.000 Euros?, decía. Otro se quejaba de que entre él y su mujer sólo ganaban 60.000 Euros al año, y que claro se quedaban fuera de las ayudas. Un curioso concepto de las ayudas sociales y una prueba de que las gentes de dinero también tienen una lado tierno. O un guantazo, según se mire.

Pero eso sería lo de siempre. Aquí parece haber algo más.

Se me ha ocurrido (y no sé que opinarán ustedes), que esta es la primera vez que la pasta pasa directamente del gobierno al ciudadano, sin que nadie por el medio (Ayuntamientos, Comunidades Autónomas, Sindicatos, ONGs, etc, etc) pueda poner el cazo.

No son como los cursos del INEM, que no suelen servir para nada más que rellenar el currículo (admito que hay excepciones) y para que algún familiar de alguien se haga pasar por profesor y cobrar una pasta. O como las subvenciones que da el cacique de turno, que sirven para agradecer o castigar según los casos.

No amigos. En este caso los únicos que nos beneficiamos del electoralismo somos nosotros, si es que hay algo de verdad en lo que han dicho.

¿Moralmente condenable?

Yo no sé ustedes. Para mí que es una mejora.

1 comentario:

Tharasia dijo...

Yo también pienso así, y sé que en Francia llevan haciendo esto años (es que Francia tiene política social desde hace décadas). Lo único que me preocupa, es si hay dinero para hacerlo.
Está genial, el blog!

 
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