martes, 13 de septiembre de 2011

La Reforma Laboral de la que usted no ha oído hablar

Pues sí, han vuelto a hacerlo.

Mientras le tenían a Vd. ocupado en la discusión del porqué y el cómo de la reforma Constitucional (de la que acabaremos hablando) casualmente se aprobaba otra reforma laboral -una más- por decreto y sin que los medios de información pública pusieran demasiado empeño en comentarlo.
    Algún día ha de discutirse si las circunstancias de extraordinaria y urgente necesidad que la Constitución exige como conditio sine quae non para que pueda utilizarse la vía del Real Decreto Ley concurren en el caso de las reformas laborales, pero mientras tanto tenemos ya entre nosotros el "Real Decreto-ley" (ahora en el BOE lo escriben asín) 10/2011, de 26 de Agosto (aquí).
   Algo se ha hablado de la ampliación de los contratos en prácticas, que según muchos supondrá la consagración de la fórmula del becario hasta edades avanzadas. Puede ser, que en este país somos así, pero en este caso el problema no es tanto el modelo, que sobre el papel no es malo, sino la distorsión del mismo que es propia de nuestro país. Como ya he comentado otras veces, hemos de concienciarnos que esto no es Alemania, y que el modelo alemán presupone una clase empresarial como la Alemana, de la que aquí, lamentablemente, carecemos, y unos nuestros sindicatos que funcionen, no como estos que nos hemos dado, que no defienden al trabajador individual y pocas veces a la clase trabajadora (o como se llame ahora).

Lo que de verdad es grave (y de lo que menos se ha hablado) es esto:
      "Artículo 5. Suspensión temporal de la aplicación del artículo 15.5 del Estatuto de los Trabajadores.
Se suspende, durante el periodo de los dos años siguientes a la entrada en vigor de este real decreto-ley, la aplicación de lo dispuesto en el artículo 15.5 del texto refundido de la Ley del Estatuto de los Trabajadores, aprobado por Real Decreto Legislativo 1/1995, de 24 de marzo."

O sea, que se suspende esto:
        "Sin perjuicio de lo dispuesto en los apartados 1.a), 2 y 3 de este artículo, los trabajadores que en un periodo de treinta meses hubieran estado contratados durante un plazo superior a veinticuatro meses, con o sin solución de continuidad, para el mismo o diferente puesto de trabajo con la misma empresa o grupo de empresas, mediante dos o más contratos temporales, sea directamente o a través de su puesta a disposición por empresas de trabajo temporal, con las mismas o diferentes modalidades contractuales de duración determinada, adquirirán la condición de trabajadores fijos.
          Lo establecido en el párrafo anterior también será de aplicación cuando se produzcan supuestos de sucesión o subrogación empresarial conforme a lo dispuesto legal o convencionalmente.

          Atendiendo a las peculiaridades de cada actividad y a las características del puesto de trabajo, la negociación colectiva establecerá requisitos dirigidos a prevenir la utilización abusiva de contratos de duración determinada con distintos trabajadores para desempeñar el mismo puesto de trabajo cubierto anteriormente con contratos de ese carácter, con o sin solución de continuidad, incluidos los contratos de puesta a disposición realizados con empresas de trabajo temporal.

          Lo dispuesto en este apartado no será de aplicación a la utilización de los contratos formativos, de relevo e interinidad, a los contratos temporales celebrados en el marco de programas públicos de empleo-formación, así como a los contratos temporales que sean utilizados por empresas de inserción debidamente registradas y el objeto de dichos contratos sea considerado como parte esencial de un itinerario de inserción personalizado."

   Y es que, a pesar de lo que pudiera parecer, los contratos de duración determinada ("temporales") son excepcionales en nuestra legislación, esto es, sólo pueden celebrarse en casos concretos, generalmente por necesidades de la producción, para sustituir a otro trabajador o por obra determinada. Como antes, el modelo estaba en la práctica completamente distorsionado, de manera que lo normal era la existencia de contratos temporales sin que se dieran los requisitos legales para ello.
   Una de las pocas salvaguardas que restaban al trabajador (y que éste sólo usaba cuando no quedaba más remedio, verbi gratia, cuando no era "renovado") era esta conversión del contrato en fijo derivada de la concatenación de contratos temporales en cierto período de tiempo, que se presumía acreditación suficiente de que la necesidad temporal del trabajador no era tal, y que debía considerarse fijo. Cierto que esto lo más que sirve es para cobrar una magra indemnización por despido, razón al parecer de la rigidez del sistema productivo español y de todos los males del universo, incluída la mala calidad de la música popular en estos últimos tiempos.
   Con la suspensión, el sistema deviene pues absurdo, pues se dice, por un lado, que sólo es posible celebrar un contrato de duración determinada en ciertas circunstancias excepcionales, y por la otra se "suspende" la sanción que existía para el incumplimiento de esta disposición. Desaparece pues la razón de ser de la regulación del contrato temporal pues, ¿qué sucede si se incumplen los límites temporales y objetivos señalados en el Estatuto de los Trabajadores?. Nada, al parecer.
   Es además una reforma bastante cobarde. De haberse eliminado la indemnización por despido sin duda la sociedad se habría manifestado en contra pero de esta forma parece algo excepcional, que acabará pasando. Aunque claro, nada impide que la suspensión se prorrogue...
   Con esta suspensión la vulneración de la norma se santifica, se da preponderancia a la situación de hecho frente a la legal, se deja completamente desprotegidos a los trabajadores.

Y mientras tanto el Sr. Méndez y el Sr. Toxo preparando una manifestación pidiendo un referéndum para la reforma constitucional.

Bravo, señores. Bravo.

Y Vd. en la inopia, alma de cántaro.


jueves, 16 de junio de 2011

METAMORFOSIS




Como la gente que sigue este blog sabe (sí, los dos lo sabéis, no podéis negarlo) tengo otra faceta más como ilustrador, en la que la verdad es que últimamente no me prodigo mucho.

Aviso de Autobombo: Es pues un placer anunciar que he colaborado muy modestamente en una exposición de Arte Digital que, bajo la etiqueta METAMORFOSIS podrá visitarse (de momento sine die) en el PLAN B de León (C/ Serranos 38). Digo modesta no por la calidad, sino por la cantidad, pues aporto una sola ilustración estilo pin up, siendo el peso de la exposición soportado por la otra superviviente del equipo gráfico de Leione, VERÓNICA VERDEJO, que aporta ilustraciones y fotografías.

Nuestros estilos son muy diferentes, así que cada cual podrá encontrar algo que le interese.

Como siempre ocurre con el Arte Digital, en los que el original físico no existe, aquellos que gusten podrán adquirir ejemplares de las obras a un precio muy accesible (ventajas de los medios modernos de reproducción). Y si no podréis tomaros una copa en un lugar agradable mientras nos ponéis a parir, que es para lo que vamos todos a las exposiciones de arte, no vamos ahora a fingir otra cosa.

He dicho.

martes, 14 de junio de 2011

Movimiento 15M y Elecciones 22M: ¿Qué hemos aprendido?


“- Sus fans lo consideran realmente como a una estrella del rock. Debido a su aversión a la vida pública, ¿cómo se enfrenta usted a esa situación? ¿Y cómo lleva pensar que seguirá siendo así durante el resto de su vida?

- Ah, la vida del historietista... ¡Cómo echo de menos las groupies, las drogas y las habitaciones de hotel destrozadas!Bill Watterson, entrevista para The Cleveland Plain Dealer, Agosto de 2010.

Lo hemos conseguido, vivimos tiempos interesantes.

¿Alguna vez ha pensado en cuanto de todo esto es real? Oh, ciertamente existe un Zapatero y un Rajoy en alguna parte, y un Camps, del mismo modo que existe un pastor chino llamado Bao Xishun, que mide 2,47 metros de altura.

Se dice que el Señor Bao es el hombre más alto del mundo, de la misma manera que se atribuyen cualidades a cualesquiera otras de las personas citadas en este artículo. El astuto lector sabe cuáles son, así que me ahorraré el espacio. Claro que el Señor Bao es el hombre más alto del mundo desde 2005, lo que nos lleva a pensar qué ha sido del anterior hombre más alto, si el Sr. Bao dio el estirón de repente o si el anterior hombre más alto del mundo menguó de alguna forma en 2005. Puede que sólo es que antes de esa fecha nadie había presentado ningún periodista al Sr. Bao.

De todo esto podemos concluir que el Sr. Bao fue feliz hasta 2005.

Así pues el Sr. Bao es el hombre más alto del mundo porque es lo que se dice, de lo que resulta que la realidad para nosotros no es lo que es, sino lo que se dice que es. Repetimos lo que hemos oído a un periodista, que generalmente está demasiado mal o demasiado bien pagado para molestarse en salir de la oficina a preguntar. Internet es una herramienta muy útil para estos casos, así que todo el mundo dice lo que se dice en Internet o lo que se dice en el bar al que va el periodista. Dado que la información de Internet suele estar copiada de algún otro portal, y dado que en el bar la mayoría de la gente o lo ha leído en Internet o se lo ha inventado directamente, resulta que nuestra percepción de la realidad no muy fiable, la verdad.

Y entretanto el Sr. Bao sigue creciendo, en 2005 medía 2,36 y en 2010 ya alcanzaba los 2,47.

Seguramente en los últimos días habrá leído, habrá oído o incluso habrá dicho por ahí que estos chicos del 15 M no son más que un grupo de perroflautas, vagos y porreros a sueldo del gobierno, que si regeneración democrática, que si patatín, que si patatán. Habrá también visto o leído que si los socialistas han perdido votos por la crisis, que si porque este es tonto, que si lalalí, que si lalalá. Que si el PP nos conduce al desastre o al paraíso o que quién sabe.

Pasados estos lugares comunes, si tiene uno la paciencia de dejar hablar a su interlocutor, existe una opinión generalizada de que esto no puede seguir así a menos que continúe. Es una posición aún tibia, pero síntoma de una incomodidad generalizada y una clara identificación de que el probelma son los poderes en sí (y no sólo una supuesta incapacidad para hacer frente a los problemas, que también). Aunque no he visitado demasiado la concentración del 15M en mi ciudad, muchos de los que allí se habían acercado (como yo un poco despistados) eran ciudadanos de toda clase y condición, y aún los demás muestran su acuerdo en muchas cosas.

En este punto me comentaba un amigo (cuyo nombre permanecerá en el anonimato por respeto a esas confidencias que uno hace completamente sobrio a las dos y media de la mañana) que ninguna revolución ha sido pacífica, así que esta está condenada al fracaso.

No sé si esto es una revolución o qué se conseguirá. Pero hay que tener en cuenta que esta es la primera vez en la historia en la que la represión no es violenta, sino “pacífica”, mejor dicho, económica. No ha salido el ejército a las calles, no ha habido ejecuciones. Se nos ha dejado hipotéticamente seguir con nuestras vidas mientras se nos ahoga poco a poco con nuestra mensualidad de la hipoteca (luego el ahogo es hipotecático). No sé si es mejor o peor para nosotros que el método antiguo, pero es lo que hay.

Así que habiendo variado el poder el método de sojuzgarnos, tal vez sea hora de variar también nosotros el método de oposición. No es el momento de hacer sugerencias concretas, sino de trabajar poco a poco, de poner nuestro granito de arena, cada uno en el ámbito social de poder que nos ha sido dado, apoyando las iniciativas que consideremos adecuadas, respetando las del vecino aunque no las compartamos, aprovechando la única fuerza que tenemos, la que nos da nuestro número.

No es un método rápido o espectacular, pero siendo las alternativas la rendición o la revuelta armada parece claro que merece la pena tomarnos la molestia. Tal vez sea la hora de decir que esto es de otra manera para construir una realidad distinta. Olvidemos Matrix, estamos en El Sueño de Un Millar de Gatos.

Entre tanto nos espera una etapa de seguir oyendo y haciendo lo de siempre, mientras nos agarramos como un clavo ardiendo a las inercias que hemos acumulado durante años, porque son más cómodas.

Está bien, no hemos aprendido nada, demandadnos.

lunes, 7 de marzo de 2011

Algunas historias de la Crisis

El otro día volví a recaer un en vicio que había dejado hace años: una colección por fascículos. Dado que no me pagan por hacer publicidad, diré solamente que tratas temas militares medievales.

El caso es que vi el anuncio en la tele y cuando tuve tiempo hice lo que hacía siempre, no hace tantos años: me fui a un quiosco. ¡Ah, mísero de mí!. En el primero, me dijeron que la primera entrega estaba agotada, y que la segunda no había salido. Pregunté si podían reservarse las dos. La quiosquera me dijo que no, que estaba agotada y era imposible.

Un poco extrañado decidí ir a otro quiosco, a ver si allí tenían un poco más de interés en vender. Me miraron como si estuviera apestado, y ante mi insistencia me respondieron con irritación que era imposible hacer nada.

Pensé que a la tercera iría la vencida. Pues tampoco, aunque en este caso fueron amables, sin dejar de ser indolentes.

Siendo ya una cuestión de principios y convencido de que era imposible lo que me decían, entré en la página web de la editorial. Y ¡oh, sorpresa!. Allí tenía la colección enterita y desde el primer número, que no estaba agotado y que ya está en casa, vía Correos (lo de correos lo dejamos para otro día). Creo que el precio es el mismo que el de suscriptor de quiosco, así que me temo que la editorial se está quedando con el beneficio de la distribuidora y el quiosquero.

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Necesitado de hacer unas fotocopias un poco más especiales de lo normal y de encuadernar un escrito (encuadernación de espiral, se entiende) acudí a la Papelería del Colegio de Arquitectos aquí en León (al lado de Palat del Rey). Soy inexplicablemente socio desde hace algunos años, y aunque ellos tampoco me pagan, sí que les hago publicidad porque son gente muy amable y competente y tienen buenos precios. Hace poco compré allí una mesa de luz, después de meses dando tumbos por otros sitios.

El caso es que como las fotocopias tardarían un rato, me acerqué a una cafetería del Húmedo (aprox.) a tomar un té americano. Tomé mi té, leí un poco el periódico y ¡eh voilà!, me cobraron 1,60 €. Por un té. Americano. Lo diré de otra manera: 267 Pesetas (apróx.).

Por cierto, tuve que estar esperando un rato y carraspear alto para pagar, porque el tabernero estaba leyendo el periódico en la trastaberna (o como se llame la habitación que está detrás de la barra).

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En Castilla y León existe desde hace años, pagada por el dinero de todos, la "Fundación Villalar". Según sus Estatutos, tal y como aparecen en su web:

"La FUNDACIÓN VILLALAR-CASTILLA Y LEÓN tiene como fin general fundacional el de acrecentar el sentimiento de pertenencia de los castellanos y leoneses a una Comunidad Autónoma con identidad propia en el marco de su Estatuto de Autonomía, el de extender por todo el territorio de la misma este sentimiento y el de fomentar, promover y realizar todo tipo de actividades encaminadas a que la localidad de Villalar de los Comuneros aparezca como depositaria de los símbolos históricos y de las tradiciones de la Comunidad de Castilla y León."

Cómo estos fines pueden ser considerados de interés general, a los efectos del artículo 34 de la Constitución Española es algo que se me escapa. Pero en fin, sigamos.

Esta buena gente ha pagado con el dinero de todos la elaboración de un cómic llamado "Historia de Castilla y León en Cómics: De Atapuerca a los Trastámara", primera entrega de lo que promete ser una serie de dos tomos. Este tebeo se ha hecho tristemente popular por concitar el rechazo de varios de los principales historiadores leoneses, por cuanto su rigor histórico (del que presume la Fundación en su pagina web) es nulo, presentando un evidente sesgo que encumbra lo castellano y vilipendia lo leonés.

Para los interesados: todo comenzó con una entrada en el blog de mi viejo amigo Ricardo Chao.

Lo que ha seguido son los normales dimes y diretes entre autor, historiadores, la Fundación y la buena gente de internet. De ello ha salido algún dato curioso, como es el hecho de que aunque en la página de la Fundación se dice que se van a imprimir 500 ejemplares, para su venta al "económico" precio de 18 € (del precio de los cómics hablaremos otro día), posteriormente fuentes de la Fundación, a fin de ningunear a las personas que se han opuesto a su publicación señalaron que ya se habían vendido "los 500 ejemplares" (lo siento no puedo encontrar la fuente en este momento).

Ninguno ha llegado (afortunadamente) a las escuelas.

He de añadir además que, aunque no tengo nada qué decir de su autor, el señor Miguel Díez Lasangre, como animador, me temo que el tebeo no es lo suyo, o al menos en este caso no se ha tomado demasiadas molestias, vista la calidad del producto final (líneas gruesas, colores planos, figuras poligonaloides...) o tal vez es que su autor no es firmante del "Manifiesto Antigafapasta".

Sea como fuera, lo cierto es que la Fundación ha gastado del dinero de todos en un cómic del que sólo se han editado 500 (daría igual que fueran 1.500) ejemplares la friolera de... de... no sabemos, porque es imposible localizar este dato. A pesar de que es nuestro dinero.

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Cada uno podrá sacar de lo dicho las lecturas que tenga por conveniente. En cuanto mí, cuando llego a casa y escucho a los políticos decir que hay que recortar sueldos, echar a interinos, dejar de convocar oposiciones; cuando escucho a los dueños de los bares y las cafeterías decir que la "Ley del tabaco" ha supuesto pérdidas para los negocios; cuando escucho a cualquiera que tiene un negocio abierto al público decir que son malos tiempos y que la culpa es de ésto o aquello, no puedo dejar de pensar que si los que trabajan cara al público cuidaran de fidelizar y dar servicio a sus clientes (el que hoy compra una gominola mañana compra diez), tuvieran una política de precios lógica y se gastara en dinero de todos en lo que hay que gastar, y no en tontás, tal vez sufriríamos todos un poco menos la crisis.

Aunque claro, por lo menos estamos dando de comer a un autor de tebeos, y eso es siempre importante, si lo sabré yo.

viernes, 21 de enero de 2011

La "Ley Sinde", Internet, los Derechos de Autor y más cosas que nada tienen que ver entre sí.

Llevo algunos meses conteniéndome para no hablar de estos temas (los que me conocen sabrán apreciar el esfuerzo), más que nada porque hace tiempo que en estas cosas se dejó atrás la racionalidad, sustituida por la demagogia o el marcianismo, según los casos.

En anteriores entradas de este blog he tratado los aspectos jurídicos de los Derechos de Autor y el canon digital, pero visto que nadie más se preocupa por la cuestión, vamos a dejar de lado el derecho para guiarnos por el sentido común, y si alguien está interesado que los lea.

He de comenzar diciendo que, aunque pueda parecer una barbaridad, a mí Internet no me parece una revolución tecnológica tan grande. Recuerdo las discusiones que tuve hace unos años con un amigo, al que no fui capaz de convencer de que no compraba por internet, compraba por correo. Y es que Internet es al correo lo que la imprenta de tipos móviles al lapicero, pero para de contar.
Piratería informática ha habido siempre. Antes, por ejemplo, el pirata te enviaba por correo ordinario una lista de juegos primorosamente impresa en papel de impresora matricial (aquél con agujeros a los lados), tú le hacías la trasferencia por banco y el te remitía los disquetes (ah, los disquetes...) por correo. O comprabas un disco entre varios amigos y se hacían varias copias (cuestión que puede considerarse un uso legítimo del derecho de copia privada, pero ese es otro tema).

Así que Internet no ha hecho otra cosa que simplificar y agilizar el proceso, y dejar sin trabajo a los piratas profesionales (que cobraban por estas cosas), los primeros damnificados de todo este tema.

Más importancia, a mi juicio, tiene la generalización del uso de la informática para cualquier clase de contenido. No hace tanto tiempo era impensable utilizar formatos de archivo para la reproducción de música y video en el ordenador con tan escaso uso de espacio (aunque con esto de las altas definiciones cada vez más, en fin). La antigua piratería informática era sólo de juegos de ordenador, porque era lo único que había. Los nuevos formatos además permiten una reproducción de la misma calidad que el original, y además nuestros equipos domésticos pueden grabar DVD o cualquier otro formato similar. De hecho, la generalización de equipos informáticos en todos los hogares se debe precisamente a la facilidad para el "pirateo".

Llegó con ello también el primer despertar del usuario. Es decir, si puedo grabar un DVD en mi casa por uno o dos euros ¿cómo es posible que me cueste 20 ó 30 Euros en la tienda? La explicación que se da es: se paga al autor, la promoción, etc, etc. Pero los autores cobran una mierda por cada unidad, y un disco de Mozart vale lo mismo o más que uno de The Bright. Y cuando se compra el disco por Internet cuesta lo mismo, teniendo que grabarlo uno en casa.

Así pues la lucha no es entre Internet (que no es más que el mensajero) y el autor (que no se suele hacer de oro con la venta de ejemplares), sino entre sufrido usuario y la industria, que lleva abusando de él durante años.

El objetivo de esta lucha debería ser encontrar una manera de acceder a la obra de autor de forma que éste obtuviera una compensación por su trabajo, si la desea, pero también de la forma más barata para el destinatario. Esto, y no otra cosa es lo que posibilita la amplia difusión de la cultura.
Pero para ello hay que acabar con las obsoletas estructuras que no quieren dejar de lado sus beneficios, y que se han acostumbrado a tener la llave de la difusión cultural (aquí es cultura lo que ellos dicen que lo es, y no otra cosa). Y hay que repensar concienzudamente el papel de las entidades gestoras de derechos de autor, por cuanto son un instrumento también obsoleto y que ha conducido de nuevo, en la práctica, al enriquecimiento del intermediario en detrimento del autor.

En este contexto, es tan inaceptable la férrea defensa del satatus quo que realizan las fuerzas políticas (en este caso con el gobierno a la cabeza) como la opinión de muchos usuarios de que la obra de ingenio es "libre" (leáse gratis) y que por lo tanto hay "derecho" a difundirla, o que su difusión ilegítima es un avance social.
El artífice de la obra de ingenio es el que ha de decidir si desea o no difundirla, y en qué condiciones. Muchas son las personas que viven de su obra, o que aspiran a hacerlo. A pesar de que se intenta dotar de un prestigio social, el trabajo intelectual es tan costoso, desagradable e indigno como pueda serlo cualquier otro, y muchas veces no recibe una remuneración suficiente para su desempeño. Es evidente que aprovecharse del trabajo de los demás es éticamente indefendible, se vista como se vista.

Hay también otra falacia evidente, como es que el internauta que obtiene ilegítimamente una película o una canción habría pagado por ellas de no existir la piratería. Es evidente que es sólo la curiosidad la que mueve a ciertas descargas, y que uno no tarde en arrepentirse de ellas.

Para finalizar me gustaría hacer una sugerencia a las entidades gestoras, o tal vez al gobierno: ya que afirman que su interés es la defensa del autor y de la cultura, impleméntese una plataforma en la que aquellos que se han descargado ilegalmente una obra de ingenio y que, después de disfrutarla, se arrepienten y quieren compensar al autor, puedan hacerlo mediante el pago de la cantidad que tengan por conveniente, de forma anónima, y de forma también que dicha compensación vaya directamente al autor (con las lógicas retenciones fiscales).

No sería muy costoso, y tal vez nos llevaríamos una sorpresa.
 
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